Las propiedades que la sabiduría ancestral de este país le atribuía, fueron confirmadas por un estudio.
Uno de los productos más populares de la China, es el té de insectos.
Largamente ignorada por la medicina occidental moderna, la medicina tradicional china es hoy en día una de las más respetadas del planeta. Cada día, más personas acuden a los métodos tradicionales de este país para sanar sus organismos.
Uno de los productos naturales más populares en el suroriente de ese Estado, es el té de insectos. Un grupo de investigadores chinos decidieron analizarlo para confirmar si la sabiduría popular tenía bases científicas creíbles y verificables. Los resultados fueron publicados en la revista “Food Research International”.
El té es a todas luces un elixir de vida: disminuye el nivel de azúcar y grasa en la sangre, ayuda a la hipertensión y digestión, además de ser un excelente antioxidante. El producto contiene concentraciones altas en zinc, magnesio y calcio, polifenoles y flavonoides que contribuyen al sistema cardiovascular.
Quienes quieran probar esta bebida deben saber sin embargo que además de tener que digerir la idea de tomar insectos, también deben saber que el nombre es engañoso. El té es hecho con excrementos de insectos.
La forma de hacerlo es bastante simple, pero costosa. Las larvas son la elegidas para preparar el té. Estas son alimentados por hojas de la planta. Cuando alcanzan la edad madura y abandonan el capullo, se recupera este último junto con los excrementos.
El kilo puede llegar a costar 400 euros, dependiendo de la especie que se utilice. Producir un kilo de este té, requiere una inversión inicial de diez kilos de las hojas que consumen los insectos.
Por desagradable que suene, la infusión tiene sabor agradable y color transparente.
Largamente ignorada por la medicina occidental moderna, la medicina tradicional china es hoy en día una de las más respetadas del planeta. Cada día, más personas acuden a los métodos tradicionales de este país para sanar sus organismos.
Uno de los productos naturales más populares en el suroriente de ese Estado, es el té de insectos. Un grupo de investigadores chinos decidieron analizarlo para confirmar si la sabiduría popular tenía bases científicas creíbles y verificables. Los resultados fueron publicados en la revista “Food Research International”.
El té es a todas luces un elixir de vida: disminuye el nivel de azúcar y grasa en la sangre, ayuda a la hipertensión y digestión, además de ser un excelente antioxidante. El producto contiene concentraciones altas en zinc, magnesio y calcio, polifenoles y flavonoides que contribuyen al sistema cardiovascular.
Quienes quieran probar esta bebida deben saber sin embargo que además de tener que digerir la idea de tomar insectos, también deben saber que el nombre es engañoso. El té es hecho con excrementos de insectos.
La forma de hacerlo es bastante simple, pero costosa. Las larvas son la elegidas para preparar el té. Estas son alimentados por hojas de la planta. Cuando alcanzan la edad madura y abandonan el capullo, se recupera este último junto con los excrementos.
El kilo puede llegar a costar 400 euros, dependiendo de la especie que se utilice. Producir un kilo de este té, requiere una inversión inicial de diez kilos de las hojas que consumen los insectos.
Por desagradable que suene, la infusión tiene sabor agradable y color transparente.
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