¿Cómo sobrevivir a la soledad y a una ruptura en año nuevo?

Hay que sacarle provecho y tratar de enfrentar nuestros miedos. Buscar ese equilibrio entre los momentos en los que estamos solos y los que compartimos con los demás. Existen personas que por circunstancias personales no pueden contar con la familia para disfrutar de la Navidad o el año nuevo. En plena crisis económica, un motivo de distancia habitual es el trabajo. Es decir, existen personas a kilómetros de distancia trabajando en esta época del año.
Del mismo modo, también existen personas que tienen una mala relación con sus familiares. Y otras, no tienen familia.
¿Cómo sobrevivir a la ansiedad que provoca la soledad?
Crea tu celebración: Existen muchos estereotipos sociales sobre cómo debería ser la Navidad o el año nuevo, pero piensa que tú puedes crear tu propia celebración consintiéndote con una deliciosa cena o una noche de aventura.
Piensa en opciones: Da el rol con otras personas que estén en una situación similar a ti o bien, prepara una cena especial para ti, alquila una película que te encante y vive ese momento con cariño sin compararte con nadie más.
Vete de viaje: Es una buena ocasión para hacer un viaje con el objetivo de desconectar y romper la rutina habitual. Una escapada puede convertir tu Navidad solitaria en un momento diferente y muy especial.
Haz balance de este año: Haz tu balance vital de cómo ha sido este año para ti y de los cambios que te gustaría hacer a partir de ahora. El 2014 es una nueva etapa, pero vive el presente.
Si tronaste con tu pareja y no sabes cómo celebrar por ese sentimiento de dolor o vacío, debes recordar que todo el mundo pasa por ello, antes o después, y es una de las experiencias más dolorosas. Ya sea porque de repente esa persona con la que pensabas estar toda la vida haya decidido poner fin a la relación o porque el sentimiento amoroso se haya ido muriendo poco a poco, llega una nueva etapa dominada por sentimientos de pérdida, semejante a un duelo, que hay que saber atravesar para no sufrir en exceso y con el objetivo de que la experiencia sirva de aprendizaje. ¿Cómo salir adelante?
Llora lo que haga falta. Dejar salir a las emociones es imprescindible para llegar a un estado mental sano. El sufrimiento siempre termina por expresarse, y es mejor que lo haga en forma de lágrimas que en forma de malhumor o de síntomas psicosomáticos. Llorar puede causar vergüenza, pero también resulta sanador.
Si no quieres estar solo, rodéate de gente con la que puedas hablar, aunque sea de nimiedades. Haz nuevos amigos, acércate a los antiguos y procura trazar un plan de relaciones intenso. Sólo una vez que hayan pasado los momentos más difíciles, será adecuado reservarse algún espacio de soledad que sirva para reflexionar y resituarse.
Cambia el escenario. Salir del entorno habitual, rompiendo las rutinas que se habían establecido con la pareja ayuda a recolocarse mentalmente a quien está sufriendo. Mirar por la ventana y ver cosas nuevas ayuda a recomponerse.
Buscar un sustituto no es la solución. No te confundas… Un clavo no saca a otro clavo. Puede venir bien a ratos, pero si la única función que tiene es la hacer olvidar a su precedente, termina siendo una relación muy frustrante que ni siquiera sirve para hacer pasar el rato. Además, si refugiarse en otras personas puede servir para calmar la ansiedad, también es una medicina de efectos endebles.
No mires atrás. No son nada infrecuentes esas relaciones en las que los/as ex mantienen el contacto, se llaman con frecuencia y de vez en cuando reviven la llama del amor mediante el contacto carnal. Quizá te consuele, pero no es una buena inversión, porque es un tipo de relación que acaba provocando mucho más daño que placer.
No te exijas demasiado. Las heridas suelen tardar en cicatrizar, de modo que no te impacientes si no notas grandes avances en tu estado emocional. Los cambios tardarán en llegar, pero eso no significa que no estés dando pasos adelante.
Con información de Psicologíautoayuda.com y elconfidencial.com
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